Una ley superior
Romanos 8: 2
¿Has visto un avión en tierra? Los aviones son tan grandes y pesados, sin embargo pueden volar. El piloto toma los controles, mueve el acelerador y esos poderosos motores empiezan a rugir. Cuando uno se da cuenta, ya está volando. Podríamos preguntarnos: ¿Acaso la ley de gravedad ha sido abolida? No, la ley de la gravedad sigue ahí, pero hay otra ley que entra en efecto, es la ley de aerodinámica, que es una ley más poderosa que la ley de gravedad. Gracias a ella, los aviones pueden surcar los cielos.
Cuando nos arrepentimos y nos ponemos en paz con Dios, la ley del pecado y de la muerte aún están presentes, seguimos pecando, pero existe una nueva ley. Esta es la ley de la vida en Cristo Jesús que nos libera de la ley del pecado y de la muerte, como lo dice Romanos 8: 2. Mientras permanezcamos en Jesucristo, somos libres de la ley del pecado y de la muerte, es decir, el pecado no debería tener poder sobre nuestra vida.
La ley del pecado y de la muerte es una ley fuerte y aparentemente absoluta. Cada vez que pecamos y cada cementerio que vemos lo comprueban. Pero la ley del Espíritu nos libera de ella, liberadas del dominio del pecado. El pecado no tiene poder permanente contra el creyente, no somos más sus esclavas. En Cristo somos libres. Con su muerte y resurrección Jesús venció la muerte y el pecado.
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