Integridad
Salmo 101: 1
El diccionario define integridad como entereza moral, probidad, de una sola pieza. Alguien dijo que integridad es lo que uno es cuando no lo están viendo.
Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto, que hace aquello que considera bueno para sí misma sin afectar los intereses de otras personas. Que no cambia de opinión o de actuar por su beneficio personal.
En el Salmo 101 el rey David hace un compromiso de vivir en integridad, dice en la intimidad de su habitación, de su casa. En realidad, lo que somos es cuando estamos solas. David, prometió que cuidaría lo que vieran sus ojos, con quien anduviera, todo lo que hiciera. Toma la determinación de vivir rectamente ante Dios, que su vida agradara al Señor.
Al hablar de integridad y rectitud no podemos dejar de hablar de José, el hijo de Jacob y Raquel, su historia está en Génesis del 37 al 45. En el capítulo 39 nos narra como José decidió vencer la tentación que representaba para él la esposa de su amo Potifar, quien le insistía que durmiera con él. José valientemente huyó para no pecar contra Dios. Su determinación le valió que la esposa de su amo lo acusara de querer abusar de ella y terminó en la cárcel.
El hecho de ser una persona íntegra puede traerte muchas dificultades, porque va en contravía a lo que el mundo vive y piensa. Los valores del mundo son contarios a nuestros valores como cristianas.
Sin embargo, Dios honra la integridad, José al final ocupó el puesto más alto en el imperio egipcio, después del faraón. José honró a Dios viviendo en santidad e integridad y Dios lo bendijo en todo lo que hizo.
Como David y José hagámonos el propósito de vivir en integridad delante de Dios. Recordemos que su opinión es la que cuenta, puede que ante los demás parezcamos ser integras, porque no nos ven en nuestra intimidad, pero Dios siempre nos ve y Él sabe si en realidad somos integras o no. Que Su aprobación sea la que más nos importe.
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