Conociendo a Jesús
Juan 14: 9
Tal vez, como lo he pensado yo, más de una vez, te hubiera gustado haber vivido en la época en la que Jesús vivió en la tierra. Particularmente me hubiera gustado escucharlo enseñar, presenciar los milagros y lo hechos maravillosos que realizaba.
Podemos ver que durante tres años Jesús enseñó a sus doce discípulos, quienes estuvieron muy cerca de Él. Este grupo fue muy privilegiado, ser testigos de primera mano de todo lo que hizo Jesús. Sin embargo, tres años después, ya cuando Jesús estaba a punto de ser entregado en propiciación por nuestros pecados, Él con tristeza les dice que no lo han conocido. En realidad ellos, sólo después que vino el Espíritu Santo tuvieron la revelación de quien era Jesús. La expresión de Felipe cuando le dice a Jesús que le muestre al Padre y les basta, no demuestra esto. Vemos la dureza de su corazón. Jesús le responde: Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre (Juan 14: 9) dando a entender quien era Él.
Igual, que el pueblo de Israel que durante 40 años vieron las maravillas de Dios y su cuidado y provisión y en realidad no lo conocieron, el pueblo de Israel demostró dureza de corazón e incredulidad. Seguían las obras y los prodigios, pero no realmente a Él.
En los tiempos de Jesús, muchos buscaban el milagro, pero sólo unos pocos experimentaron la bendición de tener una relación con el Hijo de Dios.
Todos necesitamos tener un encuentro con Jesús y reconocer quien es Él. Buscarle no por Su poder o porque necesitamos una respuesta a una necesidad.
Muchas veces, como los discípulos o el pueblo de Israel, en realidad no sabemos a quién seguimos. Que nuestros ojos sean abiertos para ver claramente quien es Jesús, y eso nos motive a buscarle por lo que Él es.
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