Otro primero
Filipenses 2: 3
Se cuenta que en una ocasión un hombre fue con sus cuatro hijos de compras, tres de ellos querían escoger de primero y querían lo que la menor había elegido y ella se los dejaba, sin enojarse o decirles algo, por el contrario lo hacía con el mayor de los gustos. El papá notó como los hermanos se quedaban con lo que le gustaba a la menor, incluso a veces no quedaba nada para ella, pero le llamó mucho más la atención, la actitud de su hija menor, por lo que preguntó: ¿por qué cedía lo que le gustaba a sus hermanos? Ella le respondió: porque quiero que se sientan agradados papá.
Para nosotros es difícil llegar a ese grado de humildad, siempre queremos ser las primeras y escogemos lo mejor para nosotras. En Filipenses se nos dice que debemos tener a los demás como superiores a nosotras mismas, contrario a nuestra naturaleza pecaminosa, que quiere que nos consideren mejor que los demás. Ese es el ejemplo que tenemos de Jesús, se humilló a sí mismo, no consideró el ser Dios y se hizo como uno de nosotros. No pensó en El, en lo que sufriría, pensó en los demás, en quienes redimiría con Su sacrificio. En Filipenses 2: 5, nos dice que en nosotras debe existir el mismo sentir que hubo en Jesús.
En alguien que he visto que piensa en los demás antes que en ella misma, es en mi madre. Entre otras cosas ella te pone a elegir antes de escoger algo para sí, además cuida lo de los demás, como si fuera suyo; es un gran ejemplo para mí, aunque confieso que me cuesta imitarla. Debemos aprender a mirar por lo de los demás, y no sólo por lo nuestro, eso es ser humilde, y cuando somos humildes nos parecemos más a Jesús.
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