El modo correcto
Colosenses 3: 17
Durante mi caminata matutina encuentro personas tan distintas, algunas se han llegado a convertir en una motivación para mí, como un joven que su oficio es barrer las calles, pero al hacerlo lo hace con tanto gozo y con mucha excelencia, él es cristiano, y pone en práctica lo que dice Colosenses 3: 17, hace todo como para el Señor.
Nunca he visto que haga su trabajo con disgusto o de mala gana, es dedicado en su trabajo, siempre está dispuesto a servir con una sonrisa y ánimo pronto a quien lo necesite. Por eso digo que es una motivación para mí. Cualquiera pudiera decir que barrer las calles es un oficio que no se puede hacer como para el Señor, pero este joven me ha demostrado que si se puede, y me atrevo a decir que Dios se agrada de su trabajo.
La Biblia nos dice que todo lo que hagamos debemos hacerlo para el Señor, es decir, que cualquier oficio, aunque parezca muy insignificante se debe hacer de esa manera. No hacemos las cosas para recibir recompensa de los hombres, no servir al ojo, como dice Pablo en su carta a los Efesios, recuerda que Dios te está viendo, por eso no debemos hacer las cosas bien, sólo cuando los demás nos están viendo. En realidad la aprobación que debe importarnos es la del Señor.
Dios nos ve y conoce cuál es nuestra motivación para hacer las cosas. Hay una manera correcta de hacer todo y hacerlo para que Dios sea glorificado, aún en aquellas cosas que consideramos que no son tan espirituales. Hacer todo sin murmuraciones, no de mala gana, con excelencia. Cuando realizas tu trabajo bien, Dios se agrada y se lleva la gloria.
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