Siendo guiadas por el Espíritu de Dios
Romanos 8: 14
¿Has visto un perro guía? Son esos perros entrenados para ayudar a las personas invidentes, ellos conocen muy bien las habitaciones y todo el entorno en que vive la persona, para poder guiar a sus dueños. Lo más impactante es que las personas pueden confiar en que estos animales harán bien su trabajo y se dejan guiar por donde el perro las lleve, saben que conocen muy bien el camino y el lugar donde están. Son unos excelentes guías y pueden evitar que estén en peligro, son unos magníficos compañeros para quienes los poseen. Hay algo interesante es que estos perritos guían, no empujan, sólo les indican una dirección a seguir.
La Biblia dice que los hijos de Dios son guiados por Dios (Romano 8: 14), y esto tiene mucho sentido. Dios quiere guiarnos, Él no nos empuja. En ningún momento Dios nos forzará u obligará a hacer Su voluntad, El sólo nos muestra cuál es ese derrotero a seguir. Jesús en Juan 10: 27 dijo: “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen”. Las ovejas están seguras y protegidas porque siguen la guía del pastor, cuando no lo siguen empiezan las dificultades porque pueden extraviarse del rebaño.
Dios ha tomado la iniciativa de colocarnos en una relación íntima con Él, la de hijas. En esta relación vemos que la acción del Espíritu Santo es fundamental, Él debe ser nuestro guía, y cuando Él nos guía, vivimos en la libertad de Su paternidad. Una evidencia de que vivimos bajo esa paternidad es que nos dejamos guiar por Su Espíritu, seguimos sus indicaciones y su guía. Nuestra relación con Dios es fuente de gran gozo, pero también de exigencias, que requieren nuestra obediencia y entrega total.
Que vivamos bajo la completa dirección del Espíritu Santo y tengamos la plena confianza que nos llevará por la mejor dirección y viviremos en completa seguridad y paz. Tenemos la confianza de tener la mejor dirección.
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