Si Dios no edifica, es en vano
Salmo 127: 1
Nadie nos enseña cómo ser madres. Vamos aprendiendo en el camino, sin embargo, pienso que todas deseamos lo mejor para nuestros hijos y lo que hacemos, lo hacemos pensando en su bienestar, aunque a veces nos equivoquemos o sintamos que no sabemos qué hacer.
El mundo traza directrices y pautas para la crianza de los niños que no son confiables. Hay algo que nunca nos fallará: es tener en cuenta a Dios en la crianza y educación de los niños. El salmo 127: 1 nos dice: “Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican”
Como madres llamadas a construir un hogar, que sea un refugio para nuestros hijos, y edificadoras de sus propias vidas, nunca olvidemos que no podemos hacerlo sola. El Señor no sólo quiere que arraiguemos costumbres, conocimientos y hábitos saludables a sus vidas; hay algo mucho más importante si queremos edificar bien, que sembremos Su palabra en sus corazones.
Cada vez más el modelo de familia ha perdido la esencia de lo que Dios quería que fueses, el mundo está llenando la mente de nuestros hijos con ideas contrarias a la Palabra de Dios que pueden llevarlos a su propia destrucción. Por eso debemos rescatar la enseñanza de valores y principios acordes a Dios y a sus estatutos.
Cuando enseño la Biblia a mis hijos y vivo obedeciendo a Dios, siendo modelo de fidelidad y servicio a Él, estoy permitiendo que Dios edifique sus vidas. Como madres cristianas seamos instrumentos en las manos del Señor para que Él edifique una generación para Cristo.
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