El Sana tus heridas
Salmo 147: 3
Es muy común ver personas que van cargando, incluso desde la niñez o adolescencia, heridas en sus almas, o quizás seamos nosotras mismas que sentimos nuestro corazón herido por muchas circunstancias, porque nos han ofendido o tratado injustamente, etc. Son muchas las cosas que pueden lastimarnos y dañarnos y hacer doler nuestro corazón, una palabra ofensiva, una traición, la perdida de algo o de alguien muy especial o querido, son cosas que pueden llegar a doler tanto o más que una herida física.
Eso se evidencia en una vida llena de tristeza, muchas veces de rencor y amargura lo que lleva al aislamiento y soledad. Es que cuando una herida duele es porque no ha sanado, y se demuestra de alguna manera y en nuestras relaciones con los demás es donde más queda evidenciado. Algunas veces viviendo a la defensiva, ponemos corazas para que no nos lastimen y terminamos lastimando a los que nos rodean. Es que alguien lastimado va a terminar lastimando a otros por su mismo dolor. Lo podemos ver en un animal herido, el dolor le hace actuar agresivamente y puede incluso atacar a las personas que lo cuidan, especialmente cuando el dolor es muy fuerte y se torna insoportable.
La buena noticia es que no debemos seguir de esa manera, el Salmo 147: 3, dice que el Señor sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. Él quiere que seamos completamente sanas en nuestras emociones, en lo más profundo de nuestro ser. Él es especialista en reparar corazones rotos con su bálsamo de amor, perdón y restauración, sin importar cuál sea la situación. El anhela que lleguemos a Su presencia y derramemos todo nuestro dolor delante de El para que podamos recibir la verdadera sanidad que nuestra alma necesita.
Comments