Perdona sin límite
Colosenses 3: 13
Quizás te haya pasado que tienes en tu vida a alguien que muchas veces te ha ofendido y viene a ti pidiéndote perdón y ha llegado a colmar tu paciencia, y tal vez hayas pensado: ¿otra vez? Y hasta llegas a dudar si lo perdonas o no.
Por eso la pregunta que Pedro le hace a Jesús en Mateo 18: 21 ¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano que pecare contra mí? ¿Hasta siete? No está fuera de lugar, me imagino que conocía a alguien como la persona que te expuse allá arriba.
Cuando Jesús le responde que setenta veces siete, quedaron sorprendidos, porque pensaban que ofrecer perdón hasta siete veces al ofensor, era más que suficiente, teniendo en cuenta que una regla rabínica decía: “Nadie tiene derecho de pedir perdón a su prójimo más de siete veces”. Jesús dice setenta veces siete dando a entender que el perdón debe darse sin límite, lo que implica perdonar como Dios perdona, no era para llevar una cuenta de cuantas veces te habían ofendido y tú habías perdonado.
Como hijas de Dios debemos cultivar un espíritu perdonador, esto nos permitirá vivir en libertad. En la carta a los Colosenses 3: 13, el apóstol Pablo nos dice que la medida del perdón es perdonar como Dios nos perdonó en Cristo. Debemos perdonar a otros sus ofensas porque en la cruz ya fuimos perdonadas, recuerda que Jesús pagó un alto precio para otorgarnos el perdón.
Cuando no perdonamos es porque no hemos comprendido que la gracia de Dios nos alcanzó y nos perdonó absolutamente todos nuestros pecados. Las consecuencias de la falta de perdón nos esclavizan y permitimos que la amargura se arraigue en nuestros corazones.
El perdón algunas veces es un acto unilateral, cuando alguien decide perdonar, sin esperar, incluso que la otra persona pida perdón y reconozca su ofensa. Ese fue la clase de perdón que demostró Jesús en la cruz. Recordemos cuanto nos perdonó el Señor, nuestra deuda con Él no la podíamos pagar. Nada de lo que nos hagan es comparable con lo que Dios nos ha perdonado.
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