El que me ciñe de poder
Salmo 18: 32
¿Te has sentido alguna vez que no puedes más, que has llegado al límite de tu capacidad? Yo sí y no una, sino muchas veces, he sentido que mis fuerzas físicas se terminan o incluso emocionalmente pareciera que llegué a mi limite.
Cuando no encontramos así que pareciera que estamos en el límite de nuestra capacidad, es precisamente en ese momento que podemos acudir al Señor y confiar en el poder de Su fuerza. Muchas situaciones en nuestra vida nos enfrentan a retos en nuestros trabajos, estudios, hogar, etc. y ponen a prueba nuestra capacidad.
Empecemos reconociendo que somos seres limitados y por eso podemos sentir que nuestras fuerzas se acaban y en verdad que desfallecemos ante los retos diarios. Dios desea ayudarnos, por eso acerquémonos a Él pidiéndole que nos fortalezca, cuando nuestras fuerzas fallan empiezan la Suya.
En el Salmo 18: 32 - 38 David expresa que Dios es quien lo ciñe de poder, es decir, que lo reviste del poder que necesita. David sabía a quién acudir cuando se sentía débil. Igualmente tú y yo podemos acudir a Él.
Además sigue diciendo que Dios hace perfecto su camino y es quien lo adiestra. Podemos acudir con plena confianza cuando sintamos que necesitamos ser capacitadas para cumplir a cabalidad con nuestra labor. ¿No es maravilloso? Recuerda que Él es la fuente de la sabiduría.
Podemos encontrar en el Señor la sabiduría y la fuerza que necesitamos para nuestro diario vivir.
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