Obra de evangelista
2 Timoteo 4: 5
Ayer falleció en un accidente de tránsito un familiar, un hombre joven, sano, dedicado a su familia. Me impactó mucho la noticia sobre todo por su edad. Esto me hizo pensar en las muchas personas que han muerto como consecuencia de la pandemia. Y lo triste es que muchísimos de ellos parten sin el Señor. Del joven que les comento no sé si se iría con el Señor o no, en realidad no tenía mucho contacto con él.
En 2 Timoteo 4: 5 Pablo exhorta a Timoteo a hacer obra de evangelista que predique la palabra de Dios, a tiempo o fuera de tiempo. Esta exhortación es para nosotras hoy día. Muchas personas necesitan de Dios y somos nosotras las llamadas a compartirles del Señor.
Si bien en Efesios 4, Pablo habla del ministerio de evangelista, aunque no tengamos ese ministerio, estamos llamadas a hacer obra de evangelista. Donde estamos hay personas que esperan que tú y yo tengamos la valentía de hablarles de nuestra fe, de nuestra esperanza. Muchas se encuentran en total desesperanza, en temor, frustración y piensan que no hay solución, ni salida. Unos incluso como dicen los versos anteriores, tienen tanta comezón de oír que oyen a falsos maestros y reciben cualquier doctrina que les presenten.
Tal vez no te consideres predicadora, pero tienes a tu alcance algunos medios que puedes usar para compartir tu fe con otras personas. La instrucción que insistas a tiempo y fuera de tiempo contiene un verbo que tiene la idea de ser diligente o, mejor aún, de actuar con urgencia. Hay como una compulsión, un apremio sobre nosotros. Deberíamos estar siempre en estado de alerta, preparados para comunicar la Palabra de Dios en todo tiempo y ocasión que se presente, a cualquier hora, en cualquier época del año y bajo cualquier circunstancia. En realidad es urgente porque tal vez alguien tenga una única oportunidad de escuchar sobre Jesús y su plan de salvación.
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