03 de Diciembre de 2019

Camina como Enoc

Génesis 5: 22 – 24

La Biblia no nos dice mucho acerca de Enoc, sin embargo aparece como uno de los héroes de la fe en Hebreos 11: 5. De este verso y de Génesis 5: 21 – 24 de desprenden algunas cosas que nos muestran la fe de Enoc.

Enoc se deleitaba de la compañía de Dios. Caminó con Dios durante 300 años. Él pudo experimentar lo que muchos años después expresó el rey David en el Salmo 16: 11. Podemos asegurar, sin equivocarnos que pudo disfrutar esa plenitud de gozo que sólo se encuentra en la presencia de Dios. Era la fuente de su gozo.

Enoc había determinado transitar por el camino que Dios le había trazado. Había de parte de él una resolución de caminar con Dios y se mantuvo firme en su determinación durante toda su vida.

Enoc procuró hacer aquello que lo acercaba a Dios, evitando lo que lo alejaba de Dios. Por 300 años, aún en medio de una sociedad sumamente pecaminosa, caminó rectamente al lado de Dios, agradándole.

Caminó con Dios por fe. El secreto de Enoc fue que anduvo por fe, no por vista, mirando al invisible. La comunión con Dios se inicia como un acto de fe, y se sostiene con un sinnúmero de actos de fe a lo largo de toda nuestra vida.

Su vida fue tan recta que Dios se llevó, no vio muerte. Estuvo tan cerca de Dios toda su vida, que dio un paso a la eternidad, Dios los traspuso. Deseó tanto a Dios que Dios se lo llevó con El.

Que tú y yo hagamos el compromiso de caminar como caminó Enoc, que nuestro caminar sea recto delante de Dios, que Él pueda agradarse de nosotras, aun cuando nos rodee la impiedad y la maldad, que caminemos por el camino que Dios no ha trazado para que andemos por él. Que podamos deleitarnos en nuestro caminar con Dios para experimentar el gozo pleno y absoluto que hay en Su presencia.