Erosión espiritual
Éxodo 34: 6 - 7
¿Has visto alguna vez un castillo de arena comenzar a derrumbarse al subir la marea? Es un ejemplo de erosión. Primero la base es socavada, luego las paredes comienzan a ceder. Finalmente toda la estructura se derrumba y cae.
Así es la erosión, aún en la vida cristiana. Un hábito, antes impensable, muchas veces inconscientemente, llega a tolerarse a regañadientes. Y lo que se tolera, pronto es condonado, luego apoyado y después abiertamente promovido como aceptable a los ojos de Dios. Sin darnos cuenta vamos aceptando cosas en nuestra vida que terminan dañándonos.
Esta erosión es algo tan sutil, sutil pero devastadora. Sucedió a la nación de Judá. Quizás puede estar ocurriendo en tu vida también. En tu vida personal, tu ética comercial, tu uso del dinero tu relación con tu cónyuge o tus hijos, etc. Y mientras te es posible no hacer caso a la presencia de esta erosión, no te será posible escapar de sus consecuencias porque, son tan seguras como la palabra de Dios.
¿Estás jugando con la defección o contaminación en tu vida cristiana, con la confianza de que la paciencia de Dios es largo? Con el pecado no se juega, pues, tiene graves consecuencias. Dios es amor y lleno de misericordia, pero es justo y castiga el pecado (Éxodo 34: 6- 7) Nunca lo olvides. Debemos tomarnos seriamente lo concerniente al pecado y mirar si le estamos dando cabida en nuestra vida.
Errar es humano pero cuando el borrador se gasta antes qué lápiz se está errando demasiado
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