Espera al Señor
Salmo 27: 14
Cuando pedimos algo a Dios debemos tener en cuenta que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, ni los pensamientos de Dios son nuestros pensamientos, pero también debemos estar seguras que los tiempos de Dios son perfectos, por ello entre el momento en que nosotras lo pedimos y el momento en que Dios lo otorga transcurrirá siempre un tiempo que solo Dios determina y, en ese tiempo de aguardar el obrar de Dios es donde el enemigo trata de robarnos la bendición sembrando la duda en nuestro corazón porque él sabe que mientras esperemos firmes en la fe, lo que pedimos llegará pero si logra llevarnos a la duda nos robará la bendición.
En el Salmo 27: 14 nos dice cómo debemos esperar esa respuesta, con paciencia. Cuando hablamos de paciencia quiere decir que pase la prueba del tiempo, y además que no desesperemos.
Para aguardar con paciencia el obrar del Señor se necesita esfuerzo constante y largo aliento para resistir los ataques del enemigo y permanecer firmes e indeclinables en esa fe que la Palabra de Dios define claramente: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)
Cuando estemos desfalleciendo en nuestro esperar, recordemos lo que la palabra dice. “los que esperan al Señor, tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40: 31). En nuestro aguardar al Señor, Él mismo nos va fortaleciendo si desfallecemos.
Si estás esperando una respuesta del Señor, no te desalientes. Si decae tu fe, que Él mismo te esté dando nuevas fuerzas.
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