top of page
Foto del escritorPrincesas y Guerreras

02 de Marzo del 2020

Actualizado: 15 jun 2021


Dadoras alegres



2 Corintios 9: 7


Algunos dicen que necesitamos “dar hasta que nos duela”. No lo creo. Dios no quiere regalos dados con sufrimiento. ¡Él quiere regalos dados con regocijo! En efecto, esas son las únicas dádivas que a Él le agradan. Por eso añadió su promesa de abundancia a su mandato de dar con alegría. De allí deducimos que para Dios más que la cantidad importa la actitud al dar

Los dos principios están conectados. Ofrenda gozosa con plenitud de fe y regocijante: esa es la llave que abre la tesorería de Dios. La viuda, cuya ofrenda Jesús resaltó debió haber dado con gozo, aunque se desprendía de todo cuanto tenía. Si no lo hubiera dado con gozo, Jesús no hubiera expresado que su ofrenda era más que la de los demás que habían ofrendado (Lucas 21:2– 4).

Todo cristiano debiera ser un dador. Debido a los escasos recursos, algunos no pueden dar mucho, pero aún es importante que ellos den, y que den con el tipo de corazón correcto. El dar debe estar motivado por el propósito de nuestro propio corazón. Nunca debe de ser forzado o manipulado. Debemos de dar porque queremos dar y porque Dios puso en nuestro corazón el dar.

Dios no quiere que nuestra dar sea con tristeza (de mala gana, dar con pesar, con muchas quejas) o por necesidad (porque toca, este es el espíritu con que se pagan los impuestos o con el cancelamos nuestras facturas o deudas, es una obligación adquirida y es necesario hacerlo). No toda dádiva se da con alegría.

El verdadero dar viene de un corazón alegre y agradecido, recordando siempre lo mucho que Dios nos ha dado, siempre ha estado dando. Dio lo más amado para Él, a Su Hijo por nosotras (Juan 3: 16), además nos da todo lo que necesitamos.

Que seamos dadoras alegres. Que demos de manera hilarante, hasta que sintamos cosquillas.



6 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page