El temor de Jehová
Proverbios 1: 7
Existen muchos tipos de temores y fobias, encontramos la acrofobia (temor a las alturas), la xenofobia (temor a los extranjeros), la hidrofobia (temor al agua), la claustrofobia (temor a los lugares cerrados), entre otras.
Aunque algunas de estas fobias pueden ser irracionales, llegan a ser muy dañinas. Sin embargo, hay otros temores que pueden tener una influencia benéfica en tu comportamiento, por ejemplo: si tienes temor a caerte, tomarías todas las precauciones para no llegar a caer; en verdad estos temores no inmovilizan sino más bien conduce a una acción constructiva, son una reacción que puede, incluso salvarnos la vida.
El temor de Dios es así, en vez de alejarte aterrorizada de la presencia de Dios, causa reverencia y admiración profunda y permanente al pensar en el poder y la gloria de Dios.
Este temor te estimula a prestar atención cuando el habla y obedecer cuando Él manda. Nos lleva a honrarle por lo que Él y buscar agradarle con nuestro vivir. La Palabra dice que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová, y que el temor de Dios es apartarse del mal.
Por el contrario cuando el hombre se revela contra Dios termina destruyéndose a sí mismo en su propia iniquidad y es enlazado en su propia transgresión. Miremos la vigencia permanente de la sabiduría de Dios al considerar los resultados del aborto las drogas el abuso del alcohol los hogares destruidos y la homosexualidad en nuestros días. Los insensatos desprecian la sabiduría y el conocimiento.
Como hijas de Dios debemos temerle, reverenciarle, pero no tenerle miedo. Vivir delante de Él con temor reverente. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
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