Dios espera que nos volvamos a Él
Ezequiel 18: 32
Algo de lo que el Señor está hablando últimamente a mi vida es que no quiere la muerte del pecador, sino que desea que llegue al arrepentimiento. El busca captar nuestra atención y que nos volvamos de todo corazón a Él. Él envió a Su Hijo para redimir a toda la humanidad (Juan 3: 16)
Recordaba a un personaje bíblico que fue enviado por Dios, precisamente a avisarle a una ciudad pecadora que sería destruida. Que maravillosa misericordia de Dios, avisa por medio del profeta Jonás, les dice que sus pecados habían llegado ante el Señor y que sería castigada (Jonás 3).
Jonás no entendió el carácter de Dios y se molestó porque Dios no destruyó a Nínive, los perdona porque se arrepintieron, desde el rey hasta el más humilde. Dios esperaba que al anuncio de su destrucción inminente Nínive se arrepintiera (Jonás 4). Jonás esperaba que el Señor destruyera Nínive y cumpliera con el castigo anunciado, no entendió lo que es misericordia y gracia. Dios es un Dios misericordioso y derrama cada día de su misericordia sobre nosotras.
Dios espera con los brazos abiertos a todo aquel que se vuelva a Él, sin importar que tan alejadas pudimos haber estado de Él. Lo dejó claro Jesús cuando contó la parábola del hijo pródigo. El padre esperó a ese hijo que se había ido lejos de su lado y se gozó de su regreso y realizó una fiesta para celebrarlo (Lucas 15: 11 – 32). En el cielo hay gozo y celebración por cada pecador que se arrepiente. Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento.
A lo largo de la Biblia podemos ver como Dios toma la iniciativa de buscar al pecador y le advierte acerca de las consecuencias de no arrepentirse. Es a cada persona la que le toca aceptar el llamado que Dios le hace. En este momento de dificultad a nivel mundial, muchos están mirando hacia Dios. En medio de las crisis y las dificultades, Dios nos muestra nuestra vulnerabilidad y la necesidad que tenemos de Él, que tomemos conciencia de nuestros pecados y que nos arrepintamos de corazón.
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